Myra: por qué no tienes que ser un talento para los idiomas para aprender con éxito

¿Aprendes mejor escuchando o con imágenes? ¿Tienes una técnica propia de aprendizaje? Todos tenemos nuestros trucos y secretos. Deja que la historia de Myra te inspire a encontrar tu propio (y tal vez el mejor) método de aprendizaje.

“A mí los idiomas no se me dan muy bien”, esta es una de las excusas más comunes cuando aprender idiomas no va tan bien como nos gustaría. Ahora bien, ¿qué significa en realidad? Por supuesto, hay factores que influyen muchísimo en el aprendizaje; como cuántos idiomas has aprendido, cuánto tiempo inviertes en ellos, cuál es tu nivel de motivación, las razones por las que estás aprendiendo un idioma… Aunque muchos de estos factores no pueden ser influenciados, esto no significa que no puedas conseguirlo. Todo lo contrario, una vez que encuentras la mejor manera de aprender, estableces objetivos de aprendizaje alcanzables y te vales de diferentes recursos didácticos, ¡todo es posible!

A continuación, queremos ayudarte a encontrar el método adecuado para ti.

1. Libros o vídeos: ¿qué tipo de aprendizaje te gusta más?

Todo el mundo conoce una manera en la que disfruta más aprendiendo:

  • Con sus propias notas o libros de vocabulario,
  • con fichas bibliográficas,
  • con imágenes o con material de audio,
  • con aplicaciones, videos o música,
  • o caminando por la sala mientras aprende.

Un consejo importante: intenta combinar tantos métodos como sea posible. El cerebro aprende mejor cuando usa tantos sentidos como sea posible.

Esto crea varias conexiones en el cerebro, con las cuales logras afianzar mejor las reglas y el vocabulario. Usa la técnica del pósit, busca y escribe las palabras, escucha cómo se pronuncian e intenta asociarlas a imágenes u objetos reales en tu casa. Tu creatividad no conoce límites. Y si aún no has descubierto qué tipo de estudiante eres, por ejemplo, más visual o más auditivo, entonces prueba diferentes métodos y conéctalos.

2. Aprende como parte de tu vida cotidiana

Haz que el aprendizaje sea parte de su vida cotidiana al conectar ciertas actividades con el aprendizaje fuera de tu curso de idiomas u otros métodos de aprendizaje. ¿Te gusta leer noticias en tu móvil por la mañana? Busca los mismos temas de la noticia más importante del día en el idioma de aprendizaje y comienza, por ejemplo, leyendo titulares. De esta forma tendrás ya una idea del contenido y tus sentidos estarán más receptivos. ¿Prefieres escuchar música o radio? ¡Pues entonces escucha programas y canciones en tu idioma de aprendizaje! Esto te ayuda a tener una idea de la melodía del habla y, a largo plazo ese nuevo idioma ya no sonará tan extraño. Incluso las películas en el idioma original (con o sin subtítulos) te ayudarán y, al mismo tiempo, ampliarán tu vocabulario (coloquial).

¿Tienes algún hobby que puedas combinar con el aprendizaje de idiomas? Si te gusta cocinar, prueba un plato del país cuyo idioma estudias y escribe los ingredientes y utensilios de cocina en algún lugar. Así, cuando conozcas a alguien de ese país tendrás un tema “instantáneo” de conversación.

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3. Ayuda de amigos “buenos” y “malos”

Es común que cuando aprendes un idioma nuevo te encuentres con similitudes con tu idioma o con otros idiomas extranjeros propios. Esto es muy natural y muy beneficioso para el aprendizaje. Usas activamente las estrategias de aprendizaje aprovechando las similitudes y diferencias entre los lenguajes y sus sistemas de reglas, adoptándolas o modificándolas, y creando puentes mentales entre ellos. Al hacerlo, estarás asociando nuevas palabras a conocimientos ya existentes, lo que favorece el almacenamiento y la recuperación de esta información.

 

4. Combina lo desagradable con lo agradable

Aprender un idioma no siempre es fácil, pero, por supuesto, también significa que hay que “apretarse el cinturón”. Intenta combinar lo “desagradable” con lo “agradable”. Los idiomas y las culturas son inseparables. Infórmate sobre el país y su gente. ¿Qué tradiciones tienen? ¿Cuál es su especialidad culinaria? Encuentra restaurantes cercanos y ordena en tu nuevo idioma. Date la oportunidad de conocer a hablantes nativos en cafés o haciendo tándem, conversa con ellos y aplica lo que has aprendido.

Recuerda que no siempre tienes que salir de tu propio país para practicar un idioma. 

 

5. Las pausas y la repetición

Seguramente también te dan esos bajones, en los cuales tienes la sensación de que no avanzas o de que has olvidado todo. Y créenos, es normal.

Nuestros consejos:

  • haz pausas,
  • aprende en periodos cortos de tiempo,
  • sumérgete en las lecciones,
  • repite regularmente.

 

6. Ponte metas realistas

Aprender un idioma no significa necesariamente dominarlo al nivel de un nativo. Establece metas que puedes lograr. Ahora bien, estas no deberían ser demasiado fáciles, porque eso también puede ser aburrido. Lo mejor de aprender idiomas de manera constante es que inmediatamente verás avances, ya sea un saludo, un “gracias” en el idioma extranjero o pedir la cuenta en tu restaurante italiano favorito. ¡Esto motiva, por supuesto!

¡Pruébalo ahora y comprueba regularmente tu progreso!
¡Empecemos!
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