Halloween lingüístico: los orígenes de las palabras más miedosas de la temporada

No hay nada que dé tanto “miedo” como las etimologías complicadas.
Halloween lingüístico: los orígenes de las palabras más miedosas de la temporada

Halloween es un día destacado en la vida de cualquier niño en Estados Unidos y en vez más países del mundo. Es la única celebración en la que está perfectamente aceptado ir de puerta en puerta amenazando con causar leves daños a la propiedad si no te dan caramelos. Tal vez esta sea un interpretación algo drástica —la famosa frase “trick or treat” suele implicar una amenaza muy vaga—, pero esa noche da la oportunidad de salirse de lo habitual. Y también ofrece la ocasión perfecta para aprender los escalofriantes orígenes de la jerga asociada con esa velada horripilante. No es sorprendente que en esta abunden términos referidos al mundo sobrenatural. Los espíritus malignos campan por el todo el mundo, al igual que los orígenes de las palabras que los denominan. Conocer estas historias puede ayudarte a comprender el componente cultural de cosas que nos dan miedo.

13 orígenes de palabras miedosas

Boo

Es un poco extraño si lo piensas, pero los fantasmas tienen un sonido propio. El equivalente de “boo” en español sería “¡Uuuuh!”, mientras que cuando queremos dar un susto repentino también decimos “¡Bu!”. Sin embargo, puesto que en realidad es una interjección —no termina de encajar en ninguna otra categoría gramatical— no actúa del mismo modo que otras palabras. Para empezar, realmente no significa nada, y es que se originó como simple resultado de la anatomía humana. Se trata de uno de los sonidos repentinos que más fácilmente puede emitir el cuerpo humano, porque la “b” se forma simplemente haciendo que el aire salga teniendo los labios cerrados, y la “u” se pronuncia juntando los labios de forma redondeada y haciendo vibrar las cuerdas vocales. Es un sonido diseñado para asustar a la gente, así que es lógico que se asociara a uno de los seres más espeluznantes que conocemos. Aún así, no siempre se gritó “boo”. En los siglos XV, XVI y XVII, la escritura de este sonido en inglés era “bo” o “boh”. Algunos etimólogos incluso han intentado relacionar el origen de “boh” con el término del griego antiguo boaein, que significa “gritar”, aunque otros advierten de que es un poco rebuscado. Además, es posible que al pasarse a escribir “boo” en lugar de “boh” en el siglo XIX se modificara un poco su significado. El fantasma clásico ya no grita un “boh!” breve y fuerte, sino que más bien emite un inquietante y fluctuante “boooooooooo”. En el siglo XIX, la palabra “boo” adoptó otros significados adicionales, como el que expresa desaprobación (el verbo correspondiente, “to boo”, significa “abuchear”) o el “boo” que sirve como apelativo cariñoso (“cariño”, “amorcito”, etc.). Se trata de una palabrita muy versátil tanto para los vivos como para los muertos.

Ghost (Fantasma)

El origen de la palabra “ghost” (“fantasma”) se remonta al término del inglés antiguo gast , aunque su significado ha cambiado un poco con el paso del tiempo. Una de las acepciones más tempranas de gast es “respirar” y otra era equivalente al latín spiritus, de la que procede la palabra del inglés moderno “spirit” (“espíritu”). Si bien tenía, sin duda, connotaciones sobrenaturales, gast se refiere más a las fuerzas desconocidas creadoras de vida que a un espectro siniestro. Ahora bien, la diferencia entre ambos conceptos es bastante sutil y el uso de gast para referirse a un ser incorpóreo está documentado ya en el siglo XIV. Sin embargo, la expresión “ghost story” (“historia de miedo”) no aparece hasta 1811, lo que indica que el concepto moderno de “ghost” no se desarrolló hasta esa época.

Halloween

La historia de Halloween es compleja y hunde sus raíces en tradiciones tanto cristianas como paganas. No entraremos en ese tema porque el origen de las palabras siniestras ya supone un nudo etimológico bastante difícil de aflojar. Para llegar a la palabra “Halloween”, hay que conocer algunos hechos importantes. Primero: la festividad cristiana conocida como Día de Todos los Santos —y que, como el propio nombre indica, está dedicada a festejar a todos los santos— lleva más de mil años celebrándose el 1 de noviembre. Segundo: un sinónimo de “Saint” es “Hallow” (“santo/a”). Los hablantes de inglés actuales no suelen usar la segunda palabra como sustantivo, pero sí es habitual la expresión “hallowed grounds” (“terrenos sagrados”). Tercero: la víspera de un día festivo se denominaba antiguamente “even”, que evolucionó y actualmente en inglés se habla de “eve” para referirse a una vigilia. Cuarto: los escoceses a menudo acortaban la palabra “even” como “e’en.” Para la década de 1550, la gente se refería al 31 de octubre como “Allhallow-even” y en 1724 ya había quedado en un simple “Hallow e’en”. La popularidad de este nombre estalló cuando el poeta escocés Robert Burns se refirió a la vigilia del Día de Todos los Santos sencillamente como “Hallowe’en” en un poema del mismo nombre de 1785. Burns no fue el primer poeta en describir esta festividad, pero probablemente su fama es lo que hizo que este nombre se estableciera como el habitual.

Halloween Eve

El 74 por ciento de los estadounidenses no tienen una palabra para denominar la noche anterior a Halloween. Sin embargo, en algunas zonas de EE. UU., Canadá y Reino Unido sí cuentan con términos específicos, y todos ellos indican lo mismo: que el 30 de octubre es una noche para hacer bromas inocentes y, en algunos casos, incluso pesadas. Aun así, la fecha es variable. En Inglaterra y algunos otros países es más habitual celebrar esta festividad el 4 de noviembre, en la vigilia de la noche de Guy Fawkes, también conocida como la noche de las hogueras. Y de hecho hay varios nombres para referirse a esta tradición. El más popular es Mischief Night, literalmente “la noche de las trastadas”, que se usa con mucha frecuencia en Nueva Jersey y algunas otras zonas de Estados Unidos, aunque procede de Inglaterra (la primera referencia documentada se atribuye a un rector de la universidad de Oxford en 1790). Se trata probablemente de la denominación más antigua que ha sobrevivido, ya que el resto de nombres no se originan hasta los siglos XIX y XX. El otro nombre más habitual es “Devil’s Night” (“la noche del diablo”), que aparece en algunas partes de EE. UU., pero se asocia sobre todo con Michigan, particularmente el área cercana a Detroit. Algunas personas de Nueva Inglaterra y Ontario la llaman Cabbage Night o Nuit de Chou (“la noche del repollo”), porque antiguamente se lanzaban coles podridas unos a otros, y un puñado de estadounidenses la denominan Devil’s Eve (“la víspera o la noche del diablo”). Otras versiones minoritarias que encontramos son Damage Night (“noche de daños”), Fox Night (“noche de zorros”), Goosey Night (podría ser algo así como “noche de escalofríos”), Hell Night (“noche infernal”), Mystery Night (“noche de misterio”), Chalk Night (“noche de las tizas”, con las que se marcaban las casas del vecindario), Clothesline Night (“noche de los tendederos”, que los niños vandalizaban), Corn Night (“noche del maíz”, que se lanzaba contra las ventanas), Doorbell Night (“noche de los timbres”), Garbage-Can Night (“noche de los cubos de basura”, pues solían ponerse boca abajo para desparramar su contenido), Moving Night (en referencia a que los niños se desplazaban por el barrio), Gate Night (“noche de las puertas”), Light Night (“noche de las luces”), Picket Night (“noche de las estacas”, por las estacas de las verjas, que también sufrían esa noche) y Ticktack Night (en referencia a un artilugio llamado “ticktack” que se hacía repiquetear contra las ventanas).

Haunt (Perseguir)

El verbo “to haunt” (“perseguir”) viene del francés antiguo hanter , que significa “visitar regularmente”. El uso de esta palabra está documentado ya en el siglo XIV. Tal vez no sería demasiado descabellado pensar que los muertos vivientes también tienen lugares que les gusta visitar. Pero, como en el caso de tantas otras expresiones inglesas, el origen de esta palabra parece deberse a William Shakespeare. La referencia más antigua aparece en su comedia de 1590 Sueño de una noche de verano, cuando Oberón le dice al duende Puck: “How now, mad spirit! / What night-rule now about this haunted grove?” (“¡Y bien, travieso espíritu! ¿Qué nocturnal nueva prevalece ahora en este misterioso bosquecillo?”). En otra acepción, “haunt” significa “tener relaciones sexuales”, pero no hay indicios de que pueda tener algo que ver con los espíritus.

Jack-O’-Lantern

Significa literalmente “Jack el del farol” y no es otra cosa que las famosas calabazas talladas, símbolo de Halloween por excelencia. Precisamente por eso es un poco contradictorio el hecho de que los primeros faroles de este tipo no se hacían con calabazas. Los británicos usaban para ello remolachas, y hay una leyenda irlandesa sobre un hombre llamado Jack “el tacaño” que, tras engañar varias veces al diablo, se ve condenado a pasarse toda la eternidad vagando en la noche sin más luz que una brasa del infierno dentro de un nabo. Se decía que los fuegos fatuos, misteriosas luces que se avistan en pantanos y ciénagas (que en Escocia son conocidas como “Will-o’-the-Wisps” y en otros lugares como ignis fatuus), eran Jack el del farol, Cuyo nombre en inglés varía entre Jack-of-the-Lantern y Jack O’Lantern, en su caminar nocturno. Así pues, esta leyenda podría explicar la popularización de estos faroles en el siglo XIX. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo en que esta historia contiene el origen de estas palabras. Una etimología distinta atribuye el origen del nombre “jack-o’-lantern” a un apodo que se daba a los serenos en la década de 1660, Así que tal vez el nombre inglés de estas calabazas iluminadas provenga de aquellos serenos. Al fin y al cabo, no dejan de ser una especie de vigilantes de los espíritus malignos en la noche.

Monster (Monstruo)

La palabra monstre (“monstruo”) apareció en inglés a principios del siglo XIV como un préstamo del francés monstre. El vocablo francés había evolucionado desde el latín monstrum, que también hacía referencia a una criatura deforme. Pero antes de eso, el significado más antiguo de monstrum era “mal augurio”. El cambio de significado del monstrumabstracto a los monstruos modernos se debió a que ver un animal desfigurado —ya fuera un ciervo al que le faltara una pata o cualquier otra desviación de la “normalidad”— se consideraba una mala señal. Para finales del siglo XIV, monstre podía hacer referencia a animales mitológicos como los centauros. Y en la década de 1550 un ser humano ya se consideraba un “monster” si era particularmente cruel o inhumano. El vínculo entre la deformidad física y la moral siempre se ha relacionado con el concepto de monstruo y tiene mucho que ver con el temor humano a todo aquello que ose divergir de lo que es considerado normal. Sin embargo, merece la pena mencionar que recurrir a rasgos físicos, como una cicatriz, para indicar que un personaje es “malvado” es, cuanto menos, algo descuidado y ha causado el acoso de muchas personas a lo largo de los siglos.

Spider (Araña)

Las arañas son un fenómeno presente durante todo el año si se sabe dónde buscarlas, pero las telarañas son tan importantes en la decoración de Halloween que hemos pensado que valía la pena incluirlas en esta lista de orígenes de palabras aterradoras. Y, si bien los nombres de animales no suelen cambiar con el paso del tiempo, fue ya llegado el siglo XIV cuando “spider” —o más concretamente spiþer o (más adelante) spydyr— se convirtió en la forma más habitual de referirse a los arácnidos en inglés. El famoso escritor inglés Geoffrey Chaucer las llamó loppe y en inglés antiguo podrían haber recibido el nombre de atarcoppe (es decir, “cabeza de veneno”) o renge (que deriva de la palabra latina aranea, “araña”). La palabra “spider”, derivada de un vocablo del protogermánico para “hilandera”, ya existía, pero tardó un tiempo en establecerse como el habitual para designarlo.

Trick-Or-Treat

Esta conocida expresión, que suele traducirse al español como “dulce o travesura”, “susto o caramelo” o (erróneamente) “truco o trato”, está tan vinculada a Halloween que cuesta imaginarse esta festividad sin ella. Pero tanto la señalada fecha como el pequeño ritual al que se refiere tienen su origen mucho antes de que surgiera la expresión en inglés. Siglos atrás ya era habitual que, cuando se acercaba el día de Todos los Santos, los niños y los pobres fueran de casa en casa pidiendo “soul-cakes”, la versión inglesa del pan de muertos. Esta acción se conocía como “souling” y data de la Edad Media. Fue una práctica habitual en Inglaterra hasta la década de 1930. El abandono de esa costumbre coincide casi perfectamente con el origen de la expresión “trick-or-treat”. A principios del siglo XX, en Estados Unidos se fueron combinando los distintos elementos de Halloween —pedir, disfrazarse, decorar la casa con calabazas— que habían llevado inmigrantes de distintos países, especialmente escoceses e irlandeses. Ya en la década de 1910 se hablaba de “tricks” y “treats”, pero no fue hasta 1927 cuando dos periódicos canadienses se hicieron eco de la expresión que combinaba ambas palabras. Sin embargo, es probable que ya fuera de uso común entre los niños años antes de que apareciera en las páginas de esas publicaciones.

Vampire (Vampiro)

Hoy en día la palabra “vampiro” es inseparable de la novela 1897 de Bram Stoker Dracula, que narra la espantosa historia de un conde de Transilvania que llega a Reino Unido con la intención de adquirir una propiedad. Sin embargo, Stoker no inventó a los vampiros. La referencia más temprana en inglés a estas criaturas chupadoras de sangre se encuentra en un relato de 1734, supuestamente verídico, titulado Travels of Three English Gentlemen (“Los viajes de tres caballeros ingleses”). La palabra “vampire” se tomó directamente del francés vampire, que procede del serbio vampir. Cualquier intento de seguir rastreando su origen nos lleva a territorios cada vez más cenagosos, aunque una teoría apunta a que procede del idioma tártaro, que tiene la palabra, vagamente similar, ubyr, que significa “bruja”.

Werewolf (Lobo)

Esta palabra, “hombre lobo” en español, procede de la combinación de wer y wulf, respectivamente “hombre” y “lobo” en inglés antiguo, de modo que la etimología de “werewolf” es bastante simple. Además, indica que el concepto de hombres con el poder de convertirse en lobos es muy antiguo.

Witch (Bruja)

Curiosamente, la palabra “witch” (“bruja”) no ha sufrido muchos cambios a lo largo de su historia. Procede del inglés antiguo wicca, que aún hoy se usa, escrita exactamente del mismo modo, para referirse a la religión pagana moderna conocida como “wicca”. Es difícil rastrear los orígenes de esta palabra más allá de esto, pero podría estar relacionada con el protoindoeuropeo weg-, que significa “ser fuerte”. Mientras que wicca originariamente podía hacer referencia a cualquier persona que supuestamente llevara a cabo actos mágicos, terminó aplicándose únicamente a mujeres magas. En el Doom Book —uno de los más antiguos códigos de leyes, escrito por el rey Alfredo el Grande en el siglo IX— se hace referencia a “gealdorcræftigan & scinlæcan & wiccan”, tres palabras que se usaban para designar a hechiceras. A los hombres también se les podía designar como “witches” en el siglo XX, pero mucho antes ya tenía fuertes connotaciones femeninas. El primer uso de “witch” como insulto se registra ya en el siglo XV.

Zombie

En inglés ha habido innumerables nombres para los muertos vivientes. Incluso en el título de famosas películas y series sobre zombis — La noche de los muertos vivientes y The Walking Dead— se opta por otras palabras. Sin embargo, “zombie” es la palabra estándar para referirse a cadáveres resucitados obsesionados con comer cerebros humanos. No es fácil identificar el origen exacto de la palabra “zombie”, pero numerosos lingüistas creen que procede de África Central. La primera vez que aparece en la prensa estadounidense es en 1838, en un relato breve titulado “The Unknown Painter” (“El pintor desconocido”), en el que un joven esclavo africano asegura que un zombi entra en el taller de pintura de su amo, pero le responden que los zombis no son más que un “mito africano”. Sin embargo, en aquel momento un zombi no era muy diferente de cualquier otro espíritu maligno. Solo con la publicación de La isla mágica , de William Seabrook, en 1929 los zombis fueron presentados como parte de los muertos vivientes creados por los haitianos que practican vudú. La novela, desde luego, creó y perpetuó una gran cantidad de estereotipos espantosos, pero no deja de ser cierto que los zombis ya eran parte de algunas creencias habituales en Haití mucho antes de que se convirtieran en estrellas del terror estadounidense.

Aprende un nuevo idioma hoy.
¡Prueba Babbel!
Compartir: