El vocabulario pandémico que definió una nueva era

Esta lista de vocabulario es el resultado de las pandemias que han cambiado nuestra vida y nuestro idioma para siempre.
vocabulario pandémico

Mientras una lengua esté viva, no habrá pandemia que le impida seguir evolucionando y adaptándose a las circunstancias, permitiéndonos así expresar las nuevas realidades que surgen y nos rodean. Por supuesto, la lengua española no ha sido una excepción durante la crisis sanitaria de la COVID-19 y en este artículo queremos mostrarte algunos ejemplos del nuevo vocabulario pandémico. Descubre varios neologismos y acepciones que han surgido entre confinamientos y cuarentenas.

El término “pandemia” apareció en el español en la segunda mitad del siglo XVIII. Proviene del griego pandēmía, formado por el prefijo pan– (totalidad), dēmos (comunidad o pueblo) y el sufijo –ia (agente lingüístico de cualidad). Sin embargo, desde entonces, probablemente no se haya mencionado tanto en el siglo XXI como en estos dos últimos años. De hecho, hay varias palabras que, existiendo desde hace tiempo, no usábamos en el lenguaje cotidiano y que, en la actualidad, han pasado a ser protagonistas de nuestra vida y nuestras conversaciones, como es el caso de “mascarilla” o “asintomático”. ¡Veamos algunos ejemplos más!

El nuevo glosario pandémico

Coronavirus

El término se introdujo en el lenguaje científico en 1968 para denominar a este tipo de virus, que en el ser humano produce enfermedades que van desde el resfriado común a infecciones respiratorias más graves, incluso letales, como el SARS, la COVID-19, etc. A día de hoy, hay descritas más de cuarenta especies de este virus y se llaman así “por su parecido con la corona solar al ser vistos en el microscopio electrónico”. Fuente: Dicciomed

PCR

Estas siglas, que proceden de la expresión inglesa Polymerase Chain Reaction (reacción en cadena de la polimerasa), eran unas completas desconocidas fuera del ámbito científico hasta que llegó la pandemia y, con ella, la necesidad de hacer pruebas masivas de detección del coronavirus. La PCR es una de las técnicas más populares utilizadas para ello.

Distópico

Hasta comienzos de 2020, toda distopía estaba relegada a la ciencia ficción. Series, libros y películas que consumíamos de buen grado, cuyas historias percibíamos como lejanas (aunque posibles) e imaginarias (aunque realistas), donde “distópico” era un mero calificativo, una etiqueta que describía un mundo fingido. Hasta que la realidad superó a la ficción y el adjetivo pasó a describir la situación mundial.

Neologismos coloquiales

Aun así, los cambios se han sucedido con tal celeridad que el lenguaje ha tenido que recurrir a estrategias más creativas con las que poder amoldarse y cubrir la necesidad de expresar y definir la nueva era.

Si algo nos ha permitido mantenernos conectados al mundo exterior y acortar de alguna forma el distanciamiento social eso ha sido la tecnología, que ha pasado a formar parte de nuestra cotidianidad para hablar con nuestros seres queridos, para trabajar y como fuente de entretenimiento. De ahí que haya nacido una terminología adaptada. Algunos ejemplos de este nuevo glosario pandémico:

Teletrabajar: la imposibilidad de desplazarse al puesto de trabajo por motivos de seguridad, transformó el salón de casa de muchas personas en sus oficinas temporales durante el estado de alarma. Trabajar de forma remota ha sido la única forma de continuar la tarea en muchas profesiones.

Videollamada: han sido meses de vernos en dos dimensiones a través de las pantallas, tanto para reuniones de trabajo, para dar y recibir clases, realizar talleres y hasta tomar cañas con las amistades. La única forma de “estar presente” y mantener el contacto con el exterior ha sido, para la mayoría, a través de videollamadas (o videoconferencias). 

Se puede hacer una videollamada o se puede zoomear. Tal y como deja caer la cómica Julie Nolke en este sketch, qué gran acierto haber invertido en Zoom en su día. La plataforma ha sido, con diferencia, la más utilizada en estos últimos tiempos para realizar esas videollamadas.

Para muchas personas, ha sido la única forma de celebrar su zoompleaños.

¡Claro que también ha habido vida más allá de las pantallas! Aunque dentro de nuestro radio de acción permitido. De hecho, los balcones se convirtieron en esos espacios de seguridad desde los que poder ver un trocito de mundo, aplaudir al personal sanitario y saludar a la vecina. Han sido meses de mucho balconear.

Fatiga pandémica: lo que no hemos podido evitar en muchas ocasiones es el agotamiento y fuerte deseo de que todo esto pase. Los cambios en nuestros hábitos de vida, la incertidumbre soportada, el miedo a la enfermedad, etc. han sido detonantes de estrés, ansiedad, apatía y tristeza en muchas personas.

En cualquier caso, hay que evitar autodiagnosticarse, porque quizás lo que sufres es de…

Cuarenpena: una forma más hilarante de definir este hartazgo de pandemia que tenemos.

¡Que no falte el humor!

Si algo nos ha dado también el confinamiento, ha sido una capacidad de apurar el ingenio y mantenernos sanos emocionalmente a través del humor, creando expresiones y dobles sentidos que nos han sacado una sonrisa y nos han hecho olvidar, momentáneamente, la crudeza de la pandemia. Se suman por tanto a nuestro vocabulario pandémico las siguientes expresiones:

Aplanar la curva

Mientras que no dejábamos de escuchar a la comunidad experta hablar en las noticias de la urgente necesidad de aplanar la curva de contagios, un sector de la población se estaba tratando la cuarenpena haciendo pan casero, tomando alguna copita de más y aumentando la ingesta de dulces. “Aplanar la curva” se convirtió, paralelamente, en la expresión que define la acción de adelgazar antes de que la pandemia acabe (y aplanar la curva de la barriga).

Una forma de conseguirlo es con el crossfinamiento, es decir, el ejercicio físico realizado durante el confinamiento. Antónimo, por cierto, de confitamiento, o sea, el aumento de peso debido a la ingesta desmesurada de procesados, dulces y salados, durante el confinamiento.

Para más neologismos divertidos, visita el Coviccionario.

En cualquier caso, siempre precaución y cuidado con:

La infodemia

Este término se emplea para referirse a la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa en forma de bulos o rumores) sobre un tema que dificulta encontrar fuentes y orientación fiables cuando se necesitan. La desinformación es un gran mal que solo consigue echar más leña al fuego de esta crisis sanitaria.

La Fundéu (Fundación del español urgente) considera este neologismo válido por estar bien formado y añade: “La Organización Mundial de la Salud emplea desde hace tiempo el anglicismo infodemic. En español se está empleando el acrónimo infodemia, adecuado tanto si se considera formado a partir de las voces información y epidemia como si es el resultado de la adaptación del anglicismo”.

En el tránsito a la nueva normalidad, incluso la RAE, de naturaleza más conservadora, ha incorporado neologismos y nuevas acepciones añadidas a palabras que ya existían y que durante esta época han comenzado a usarse con otros fines semánticos. En 2020, llevó a cabo una actualización del diccionario en formato PDF que, hasta su definitiva inclusión, puedes visitar aquí.

Encontrarás muchos ejemplos de vocabulario pandémico: desconfinamiento, desconfinar, cuarentenear, desescalada, confinar confinamiento, entre otros.

También la palabra farmacovigilancia, es decir, el control de los efectos secundarios y la eficacia de los medicamentos, una vez comercializados.

No obstante, no hay rastro de la palabra negacionista, tan usada para referirse a esa persona que niega sistemáticamente la veracidad de la pandemia. Aunque sí aparece negativismo, para referirse a esa “actitud negativa persistente o de rechazo sistemático”.


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