La historia de las mayores controversias mundiales de la traducción

La traducción nos puede unir, pero también nos puede alejar.
La historia de las mayores controversias mundiales de la traducción

Y es que no existe una traducción que sea perfecta. Podrías darles el mismo texto a 1000 traductores diferentes y ninguna traducción sería idéntica. El trabajo de un traductor puede parecer invisible, pero las decisiones que toman hacen que el texto sea mejor o peor. Por eso, no nos sorprende que a menudo surjan controversias mundiales de la traducción.

Estos debates ocurren en todo el mundo y a veces son académicos y oscuros. Pero las controversias mundiales de la traducción también pueden tener una importancia cultural. Si observamos algunas de las disputas más grandes en este campo, nos podemos preguntar cuál es el propósito y la práctica de la traducción en general. No hay respuestas sencillas, pero las siguientes historias son un buen recordatorio de que la traducción es un arte en continua evolución, no una ciencia.

Traducción de un texto religioso

El libro más traducido del mundo es, de lejos, la Biblia. Los misioneros cristianos viajan alrededor del mundo estudiando diversos idiomas con el único propósito de traducir la Biblia a estas lenguas. Esto es totalmente contrario a lo que se hacía en la Edad Media, época en la queen Inglaterra era ilegal traducir la Biblia a «idiomas locales», es decir, a cualquier lengua distinta del latín (a pesar de que la lengua original del Antiguo Testamento fuera el hebreo y la del Nuevo Testamento el griego).

Esto nos puede parecer ridículo en la actualidad, cuando los beneficios de la traducción son obvios. Facilitando que las personas puedan entender tu texto religioso hace que sea accesible para más personas. Pero si se cree que la Biblia es la palabra fiel de Dios, podemos entender por qué traducirla es difícil.

Indagar en las complejidades de este texto requiere mucho más tiempo que traducir un artículo, pero basta decir que cada nueva traducción de la Biblia provoca nuevos desacuerdos. Si has aprendido con un texto durante toda tu vida, es inquietante que el texto cambie. Incluso la Biblia del rey Jacobo (una de las traducciones con mayor aceptación hoy en día) causó algunas divisiones cuando se publicó en Inglaterra a principios del siglo XVII. 

En la actualidad, algunas personas obedecen solo a una traducción (por ejemplo, existe el Movimiento solo rey Jacobo, que solo aprueba la Versión del rey Jacobo) mientras que otros creen que los cristianos necesitan aceptar que no hay traducciones perfectas. Y puesto que literalmente hay cientos de versiones de la Biblia, es muy probable que surjan controversias mundiales de la traducción. Es comprensible que con la Biblia o cualquier otro texto religioso importante la falta de perfección puede ser frustrante. Pero también puede ser un buen recordatorio para tener una mentalidad abierta y cuestionar lo que leemos.

Traducción de un clásico

Con cualquier libro que forme parte del canon literario, siempre van a existir controversias mundiales de la traducción. En 2020, cuando la traductora de inglés antiguo Maria Dahvana Headley publicó un Beovulfo muy moderno, algunos críticos expresaron su descontento con el lenguaje, por ejemplo, por el uso de «bro» (hermano) al comienzo del poema épico. Pero, con los clásicos, parte de la emoción consiste en comparar las traducciones y decidir cuál es la que mejor captura el texto original.

Uno de estos clásicos es À la recherche du temps perdu de Marcel Proust, una novela francesa de 12 volúmenes que se compone de las memorias de la vida de un hombre en Francia.  Los libros fueron todo un éxito en el idioma original cuando se publicaron a principios del siglo XX, por lo que alguien decidió traducirlos al inglés: el traductor escocés C.K. Scott Moncrieff.

Hasta la fecha, la versión de Moncrieff de Proust es la única versión ampliamente leída en inglés que fue traducida en su totalidad por una única persona. Pero hay un problema: Moncrieff no fue capaz de capturar la esencia de Proust. En su lugar, tomo prestado el espíritu de las novelas originales y las convirtió en su propio trabajo. En la revista The New Yorker, el escritor Adam Gopnik comparó las traducciones de Moncrieff con las novelas de Henry James, que es conocido por su bello, pero al mismo tiempo laberíntico, estilo de escritura. La traducción resultante se toma libertades artísticas con el estilo. Incluso el título en inglés de Moncrieff (Remembrance of Things Past) fue tomado de un soneto de William Shakespeare, en lugar de utilizar una traducción directa, que hubiera sido algo como In Search of Lost Time (En busca del tiempo perdido).

Casi todo el mundo está de acuerdo en que el estilo de Moncrieff no es fiel a Proust y muchas personas cuestionan el merito de la traducción. Para aquellos que quieran experimentar la obra de Proust, sin tener que aprender francés, saber que la traducción se aleja del original puede ser irritante. Pero también hay personas que aseguran que Remembrance of Things Past es un libro brillante. Jean Findlay, la autora de la biografía de Moncrieff, defiende su versión, afirmando que captura al Proust original mejor que una traducción técnica, palabra por palabra, podría hacerlo.

Después de la muerte de Proust, su hermano y editorial trabajaron en una nueva edición de À la recherche du temps perdu, añadiendo una importante cantidad de material que no estaba en la obra original. Luego, estas nuevas piezas también se incluyeron en la traducción de Moncrieff. Y, a principios del siglo XXI, Penguin comenzó a publicar la primera traducción completa en inglés de los libros (aunque han trabajado más de siete autores diferentes, lo que trae consigo dudas sobre la traducción y su consistencia). Pero, para algunas personas, ninguna versión se puede comparar con la obra original de Moncrieff, que podría no haber capturado el estilo exacto de Proust, pero parece haber capturado su espíritu.

Traducción de un dictador

No es una sorpresa que surgieran controversias mundiales de la traducción de Mein Kampf de Adolf Hitler, pero la historia de la publicación es probablemente incluso más compleja y retorcida de lo que pudieras creer. Es uno de los libros más detestados del mundo; un escrito de propaganda en el que Hitler explicó los motivos de su odio por los judíos, las instituciones liberales y otros grupos de personas. Pero cuando se publicó por primera vez en Alemania en la década de 1920, se trató de una autobiografía asociada con un partido política minoritario. No nos sorprende que las editoriales de todo el mundo no estuvieran exactamente clamando para divulgar este libro. Pero a finales de la siguiente década, ya había múltiples ediciones en inglés de la obra.

La primera edición en inglés se publicó en 1933, después de algunos años buscando una editorial. La versión de EE. UU. fue publicada por Houghton Mifflin, aunque se trató de una versión notablemente abreviada. El propio Partido Nazi censuró esta versión y la sancionó antes de su publicación en los Estados Unidos y el Reino Unido.

En la actualidad es fácil entender el problema de permitir que una versión abreviada de Mein Kampf se publicara en inglés. Había eliminado algunos de los peores pasajes, creando una versión saneada de Hitler para los lectores ingleses. Pero esto no solo provocó problemas posteriormente, ya que incluso en el momento de la publicación los lectores se alarmaron. The Sentinel, un periódico semanal judío, escribió que era «una estupidez sorprendente» que Houghton Mifflin fuera a publicar este libro. Cuando la Casa Blanca recibió una copia del libro de la editorial, realizó un comunicado asegurando que la versión abreviada «estaba tan expurgada que ofrecía una visión totalmente falsa de lo que Hitler es».

Sin embargo, cuando solo hay disponible una versión de un libro, es difícil corregir la historia. Hubo otros traductores que intentaron dar a conocer lo ocurrido, y realizaron sus propias traducciones, publicaron los pasajes de las secciones censuradas y presionaron a Houghton Mifflin para que concediera los derechos para publicar una edición más completa del libro. Pero durante los primeros años tras la publicación inicial, Houghton Mifflin mostró resistencia, e incluso denunció a una persona para que detuviera la distribución de una versión no abreviada. 

A finales de la década de 1930, cuando estaba claro que el mundo se avecinaba a otra guerra mundial con Alemania, las actitudes cambiaron y se publicó la versión completa de Mein Kampf en inglés. Este libro continúa siendo objeto de muchas controversias relacionadas con la traducción, especialmente en la actualidad, con el avance del neonazismo. A pesar de que la traducción altamente controlada del libro sea una nota al margen en la llegada de Hitler al poder, evidencia cómo la traducción se puede utilizar como forma de propaganda. 

Traducción de un fenómeno literario

Hay ejemplos infinitos de traducciones que las personas aseguran que empeoran un texto. Y es cierto que hay algunas traducciones que son bastante malas. Pero hay algunos casos raros en los que los traductores tienen la culpa de lo contrario: traducir un libro que sea mejor que el original.

Esto es lo que ocurrió con La Vegetariana,  una novela surcoreana escrita por Han Kang y publicada en 2007. El libro tuvo una gran aceptación en Corea del Sur, por lo que se tradujo en otros idiomas: apareció en 2015 en el Reino Unido y en 2016 en los Estados Unidos, y fue un éxito en todo el mundo. Pero luego ocurrió algo sorprendente. La prensa surcoreana aseguró que la traducción en inglés estaba llena de imprecisiones. Algunas personas mantuvieron que, a pesar de que el trabajo resultante fuera popular, era notablemente diferente del libro original de Han Kang.

Cuando surgen controversias relacionadas con la traducción como esta, hay diversos motivos. Ha habido muchos casos en los que se ha intentando restar importancia al éxito de alguien (en particular en el caso de las mujeres) atribuyéndolo a causas distintas del propio talento. Muchas personas señalaron que la traductora, Deborah Smith, había comenzado a estudiar coreano solo seis años antes de traducir La Vegetariana. La línea entre el criticismo válido y las acusaciones sin fundamento comenzó a confundirse.

En Los Angeles Times, la escritora Charse Yun comparó las versiones en inglés y coreano de La Vegetariana utilizando un método arbitrario. A pesar de que afirma que le encanta la versión en inglés. encontró algunos errores en la traducción. Pero el principal problema, según Yun, es que «en lo que se refiere al tono y la voz, La Vegetariana es sorprendentemente diferente del original». Comenta que no se ajusta al estilo de Han Kang (que es un poco reservado) y lo embellece con todo tipo de adornos. De manera indiscutible el resultado no es una traducción directa del original.

Este caso es difícil porque de nuevo surge la pregunta de cuál es exactamente el papel de un traductor. La Vegetariana es la misma historia en coreano y en inglés, y ha sido todo un éxito.  Pero si la traducción no retiene la voz original, ¿es el mismo libro o una historia contada de nuevo?

Traducción entre identidades

Amanda Gorman, una poeta afroamericana, apareció en los medios internacionales cuando recitó un poema en la ceremonia de inauguración de Joe Biden de 2021 en los EE. UU. Ese mismo año se publicó su libro The Hill We Climb, y había planes para traducirlo a múltiples idiomas. La edición en holandés desató algunas polémicas en los Países Bajos cuando la traducción se asignó a Marieke Lucas Rijneveld, una novelista de raza blanca. Pero fue cuando Rijneveld decidió rechazar la propuesta algunos días después de la controversia inicial, el momento en el que la conversación sobre traducción e identidad ocupó las portadas internacionales.

El debate de quién puede traducir ha dividido a los traductores y a las editoriales en todo el mundo. Es más complejo porque no es solo una simple pregunta de quién puede traducir entre dos idiomas. Se trata de identidad y la falta de traductores de color en todo el mundo. Hay que mencionar que Rijneveld no fue la única traductora que no es de color a la que se pidió trabajar en el libro de Gorman. 

Desde que se comenzó a hablar de este asunto, muchas editoriales han respondido a los medios de comunicación reemplazando a los traductores por autores y músicos de color. Es demasiado pronto para saber si esto podría traer cambios en el mundo de la traducción. Debemos aceptar algunas diferencias entre un autor y un traductor: un escritor de color que creció en Italia no vivirá las mismas experiencias que un afroamericano. Por último, este libro es un llamamiento para prestar atención al hecho de que la invisibilidad de un traductor no es realmente invisible.

El debate sobre el libro de Amanda Gorman destaca de otras controversias mundiales de la traducción porque surgió incluso antes de que el libro se tradujera. La historia está llena de traducciones que causan divisiones, algunas creadas de forma accidental, otras intencionada; y todo esto pone de relieve el rol vital de los traductores en el mundo de la escritura.

Este artículo se publicó originalmente en la edición en inglés de la revista de Babbel.

Aprenda un nuevo idioma hoy.
¡Inténta Babbel!
Compartir: