Aprender idiomas durmiendo: ¿solo un sueño?

En este artículo, analizamos nuestra relación con el sueño y el concepto de hipnopedia, ¿es realmente posible aprender un idioma extranjero mientras duermes?
Aprender idiomas durmiendo

El humano promedio duerme unas ocho horas por noche durante setenta y cinco años. Eso suma alrededor de doscientas veintidós mil horas en una vida. ¿Qué pasaría si pudiéramos usar este tiempo para hacer algo útil, como aprender un idioma extranjero? Estoy seguro de que en algún momento esta idea ha cruzado tu mente, sería maravilloso poder aprender idiomas durmiendo, ¿pero es posible?

¿Qué es la hipnopedia?

El aprendizaje hipnopédico o educación a través del sueño, es la adquisición de información mientras dormimos. Para mí es difícil asociar el aprendizaje con la “inactividad” cerebral que representa el sueño, sin embargo, mis preocupaciones no han impedido que algunos científicos y muchos expertos intenten estudiar este fenómeno. La idea de poner un casete, CD o podcast, cerrar los ojos, dormirse y despertarse hablando fluidamente un idioma suena atractivo y muy absurdo a la vez. Dicho esto, tal vez no deberíamos apresurarnos a descartar el poder del inconsciente.

Hay numerosos informes de personas que se han despertado de un coma con un nivel repentino y sorprendente en un lenguaje que hasta ahora no podían hablar, como por ejemplo:

Ahora bien, ¿qué evidencia existe para soportar la hipnopedia? Por desgracia, no mucha. Como señala Jennifer Ackerman en su libro Sex Sleep Eat Drink Dream de 2007, “aprender durmiendo, es decir, adquirir nuevos conocimientos sin estar 100 % consciente, es probablemente imposible”, y los intentos por enseñar vocabulario o listas de verbos a adultos en idiomas extranjeros han fracasado miserablemente. Sin embargo, algunas investigaciones han señalado las ventajas de repetir la información aprendida durante el sueño.

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Durante un estudio realizado en 2012, investigadores de la Universidad Northwestern enseñaron dos canciones sencillas a los participantes mientras estaban despiertos. Luego, reprodujeron una de ellas nuevamente durante sus períodos de sueño profundo y de ondas lentas. Sorprendentemente, los participantes recordaban mejor la canción que habían escuchado mientras dormían que la otra. En 2014, un estudio para recordar el vocabulario aprendido recientemente arrojó resultados similares. La exposición a palabras extranjeras durante el sueño no-REM mejoró el afianzamiento de estas palabras en la memoria, y los investigadores también reconocieron los mismos patrones en las oscilaciones de las onda theta asociadas normalmente a la exitosa codificación de la memoria en el estado de vigilia.

Interesante ¿verdad? Sin embargo, todos estos estudios se quedan cortos a la hora de comprobar el aprendizaje inconsciente. De hecho, como señaló Florence Cardinal de la Fundación Nacional del Sueño de Canadá, aprender idiomas durmiendo podría “perturbar los patrones de sueño, pues demanda que el cerebro permanezca alerta para escuchar, lo que impide que el ser humano alcance el tipo de sueño que realmente necesita para descansar la mente“.

A menos de que quieras grabar todas tus listas de conjugación de verbos y vocabulario, te recomiendo que más bien concentres tus energías en sacar al menos 15 minutos de tus horas de vigilia para aprender un nuevo idioma. Es más, si lo que quieres es comprobar cuál es el mejor momento para que tu cerebro afiance la información aprendida, realiza pruebas que demuestren si aprendes mejor de día, en tus pausas activas o en la noche… pero bueno, ese es otro tema completamente diferente y cada quien tiene hábitos de aprendizaje diferentes.

Por ahora, ¡deja de soñar y comienza a aprender un nuevo idioma!
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