Los sorprendentes orígenes de 8 palabras que usamos a diario

¿Sabías que capuchino viene de los monjes capuchinos? ¿Y que el “denim” debe su nombre a la ciudad francesa de Nimes? ¡Estos son solo algunos de los curiosos orígenes de palabras que todos conocemos y usamos día a día!
El origen de las palabras

Ilustraciones de Raúl Soria

¿Conoces esa sensación de repetir muchas veces una palabra hasta que pierde el sentido? ¡Conociendo su significado original eso será imposible! Gracias a la etimología, que es la ciencia que estudia el origen de las palabras, podemos saber cómo y cuándo empezaron a usarse ciertas palabras y por qué estas han llegado hasta nuestros días.

A continuación te presento una lista de palabras cuyos orígenes te sorprenderán por su originalidad y por su historia.

1. Aguacate

Viene del náhuatl, lengua azteca.

La palabra “aguacate” viene del náhuatl ahuacatl, que significa… (redoble de tambor) ¡testículo! En el fondo tampoco sorprende tanto… ¿no? El nombre se debe a la similitud del fruto cuando cuelga del árbol, que lo hace de forma un tanto ladeada y siempre van de dos en dos o más. Los antiguos mexicanos le pusieron este nombre al fruto demostrando su pícaro sentido del humor, que pudieron desarrollar gracias al dominio de nuestro idioma y del suyo, creando un lenguaje lleno de dobles sentidos. Es una de las ventajas de ser bilingüe, ¡se pueden hacer bromas en ambos idiomas!

Como dato extra, molli significa salsa, y de ahí Ahuacamolli, es decir, salsa de aguacate, guacamole.

2. Capuchino

Origen italiano y alemán.

El capuchino que nos tomamos y que nos sabe tan bien a media mañana viene de la palabra “capuccio”, que significa capucha y cuya asociación se remonta al color marrón de los hábitos de los monjes capuchinos. El color de sus túnicas fue probablemente la razón por la que este nombre ha servido para bautizar este tipo de café tan popular, por primera vez marrón y no negro, además de una divertida raza de monos.

La primera mención del nombre de esta especialidad cafetera tuvo lugar en 1790 en Viena, Austria. Wilhelm Tissot escribió la receta para tomarse un exquisito “Kapuzinerkaffee”, nada parecido al de ahora pero sin duda, su antecesor. Un francés lo registró en Venecia en 1937 y la receta actual se ha ido perfeccionando desde mediados del siglo XX gracias a la influencia de las máquinas de café modernas. Atrás quedaron las claras de huevo batidas de la receta original… Un capuchino ahora se compone de espresso y leche, ¡y no debería tomarse después de la comida! Si se te han olvidado las costumbres gastronómicas italianas, te las recuerdo en este artículo.

3. Desastre

Desastre viene del italiano, que a su vez viene del griego.

La palabra desastre viene del francés, désastre, y esta, a su vez, del antiguo italiano, disastro, que originalmente viene del griego. Dis (prefijo peyorativo) y aster (estrella), da lugar a “sin – astro” que viene a ser “mala estrella”, vamos, una desgracia.

Los griegos antiguos estaban fascinados por el cielo y la astronomía, y creían firmemente en la influencia de los astros en los acontecimientos de la vida terrestre. Usaban esta palabra para quejarse de las inclemencias del tiempo o de las posiciones desfavorables de los planetas y cómo estas repercutían en la vida del día al día de los griegos antiguos.

4. Hándicap

Origen inglés.

Esta palabra viene de la expresión inglesa hand in cap (mano en la gorra), que a su vez viene de un juego de apuestas del siglo XVII. En él se usaba una gorra donde se guardaba el dinero o los objetos que se podían ganar o perder. Dos jugadores apostaban algo en presencia de un tercero, una suerte de árbitro, que comprobaba si se trataba de un intercambio justo, lo metía en la gorra y, junto con los dos jugadores, metía la mano dentro. Dependiendo de si los jugadores sacaban las manos abiertas o en puño significaba si estaban o no de acuerdo con el intercambio regulado por el árbitro. Dependiendo del resultado, ambos jugadores ganaban o perdían y el árbitro funcionaba como juez, dando a ambos las mismas posibilidades.

El juego es conocido desde 1653, aunque existía desde mucho antes, y la evolución del nombre de hand in cap a handicap fue natural.

Pronto, la palabra tuvo otro significado. Se empezó a usar para todo tipo de juegos y concursos para intentar que estos fueran más equitativos. Por ejemplo, en una carrera, al mejor corredor se le colocaba más atrás para favorecer la igualdad de oportunidades de ganar para el resto. Al usar los “handicaps” para estos jugadores o participantes, a estos se les debilitaba. Hacia el 1883 la palabra handicap empezó a usarse para significar “igualación” en muchos campos, no solo en los deportes o juegos.

Como handicap terminó significando “poner en desventaja”, en poco tiempo empezó a usarse para referirse a personas con discapacidad física. En el siglo XX esta palabra ya se generalizó en varios idiomas para referirse a personas con discapacidad o minusvalías.

5. Jeans

Origen francés e italiano.

Aunque parece que no hay nada más americano que llevar vaqueros (con sus potros salvajes, sus porches, sus ukeleles, sus rodeos…), resulta que los vaqueros se inventaron en Europa y, sin saberlo, seguimos haciendo honor a su origen con el nombre que aún conservan.

Los vaqueros, elaborados a partir de un algodón muy resistente teñido en índigo, fueron usados principalmente por esclavos y por la gente que participó de la fiebre del oro (s. XIX). Los mineros necesitaban ropa resistente que fuera difícil de rasgar. Bueno, al grano, la palabra jeans viene del material creado en Europa, en concreto en la ciudad italiana de Génova. A los marineros que llevaban prendas de este material se les llamaba jeans, originarios de Génova.

La palabra denim, por su parte, viene de la ciudad francesa Nimes, y de esta manera se indicaba la procedencia del material, “de Nimes”, y de ahí a denim.

6. Salario

Salario viene del latín salarium, pago por sal.

Antiguamente, la sal se usaba para muchas cosas importantes, de ahí a que muchas veces se describiera como “el oro blanco”. Se podía usar como antiséptico para curar heridas (sal >>> salus >>> salud), para conservar alimentos y como forma de pago en Grecia y Roma, entre otras cosas.

Desde el antiguo imperio egipcio, a los trabajadores se les pagaba con sal, gracias a la cual se podía conservar la comida en un momento en el que no existían ni los frigoríficos ni los congeladores, ¿quién no ha oído hablar de la carne en salazón?

Más tarde, en el imperio romano se siguió usando esta forma de pago y rápidamente se adoptó el nombre “salario” para lo que recibían los trabajadores al final del mes trabajado, ¡menos mal que ahora recibimos dinerito y no un simple condimento para la comida!

7. Trivial

Del latín, trivium.

En el latín clásico había un sustantivo neutro que servía para denominar al “lugar donde concurren tres calles, tres caminos”, y que terminó denominando cualquier cruce, sin necesidad de que fuera tres el número de las calles que lo componían. A este sitio se le llamó trivium, lugares de charla y zonas de reposo donde tradicionalmente se encontraban los viajeros, las personas de negocios, las prostitutas, los albergues y posadas, etc. De ahí derivó, entre otros, el adjetivo “trivialis”, que ya es definido por el historiador Suetonio en el año 69 como algo “ vulgar, ordinario, de poca importancia, común y corriente”. De ahí surgió trivial, que es un adjetivo que describe algo común, que carece de importancia o novedad, sabido por todos.

8. Whisky

Palabra de origen gaélico y bebida nacional de los escoceses.

Por lo visto, los monjes medievales lo llamaron aqua vitae, que significa agua de vida. Del latín, la expresión se vio transformada cuando se pasó al gaélico, donde lo llamaron uisce beatha. Los años hicieron pasar este uige a usqua que finalmente terminó siendo uisky. De uisky al actual whisky prácticamente no hay nada.

La “e” de whiskey se añadió más tarde para diferenciar los whiskies de mejor calidad, en una época en la que la reputación del whisky escocés era muy pobre. Por ello las destilerías irlandesas y americanas añadieron esa “e”, para diferenciar su producto y mirar por encima del hombro a los de menor calidad.

En otros países, se abrevia a Scotch para referirse al whisky escocés y en algunos países sudamericanos la palabra whiskey (wee-skee) sirve también para hacer sonreír en una foto, al igual que en inglés se utiliza cheese o en español de España “patata”.

Dependiendo de los gustos, un whiskito sacará una sonrisa más fácilmente que un queso, ¿no?

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