4 razones por las que ser expatriada hoy en día es mucho mejor que hace 10 años

¿Crees que ser expatriada y vivir en el extranjero es algo difícil? ¡Imagínatelo sin un smartphone y piénsatelo mejor!
Ser expatriada

Primero lo primero, ¿qué es ser expatriada? Aunque es un término que suena algo fuerte a nuestros oídos, ser expatriada, expat o inmigrante es esa persona que permanente o temporalmente reside en una nación diferente a la que nación. Yo y la mayoría de mis colegas en Babbel somos expatriados.

Nunca olvidaré esa sensación de desorientación de hace 10 años cuando decidí vivir mi primera experiencia en el extranjero. Hice tu maleta, escribí detalladamente la ruta del aeropuerto al hostal y del hostal a la academia de idiomas, imprimí  un mapa y llené mi Moleskine de frases en un idioma extraño que aprendí en el colegio pero que nunca realmente había usado en un entorno real.

¡Aaayyy los viejos tiempos! Cuando la única forma de orientarse en el metro de París era esperar encontrar una tienda de souvenirs que repartiera mapas gratis. ¡O la emoción creada por la confusión! ¿La recuerdas? Seguramente no, porque lo más probable es que tú ya pertenezcas a la era del smartphone y entonces es demasiado fácil: solo basta con poner “metro París” en Google y ya lo tienes todo hecho.

¡Qué suerte la tuya! A continuación te presento una lista de por qué ser expatriada ahora es mucho mejor que hace 10 años.

Spoiler: todas las razones tienen en común el smartphone.

1.”Lost” solo es una serie de televisión

… y una muy vieja, ¡además! Cuando me fui a París en 2006 estaba sola y en mi cuaderno solo podía leer frases raras del tipo “En Charles de Gaulle encontrarás un señor con un cartel con tu nombre en la terminal 2” o “Excusez-moi, c’est où l’Auberge de la Jeunesse?” (Disculpe, ¿dónde está el albergue juvenil?).

Eso pareció ayudar de primeras, pero al llegar al aeropuerto de Charles de Gaulle en seguida me di cuenta de que allí no había nadie para recogerme o ayudarme. Me entró un poco de pánico al verme sola en ese aeropuerto tan grande esperando toparme con el autobús o tren que me llevara al centro de la ciudad. ¡¡Cuando por fin encontré el nombre de la compañía de shuttle habían pasado dos horas!! (Charles de Gaulle es MUY grande), estaba muy cansada y vi cómo el primer autobús se iba sin mí.

Si me imagino la misma situación a día de hoy, me entra un poco la risa: gracias a mi smartphone, los mapas, la ayuda de los diccionarios online, etc… ¡nada de esto habría pasado! Podría haber empleado todo ese tiempo a otras actividades más entretenidas…

2. Lost in Translation

Ahora el título de una película, sí. ¿Recuerdas los pobres Scarlett Johansson y Bill Murray desorientados en Tokio? No voy a destripar la película, pero puedo asegurar que nada de eso habría tenido lugar si la película se hubiera ambientado en 2017.

Si te encuentras en Japón ahora y no entiendes o no sabes interpretar el alfabeto (y no hablas el idioma) puedes apuntar las palabras en concreto con la cámara de tu teléfono y ver la traducción directamente en tu pantalla. Esto te ayudará mucho pero debería considerarse solo como una medida de emergencia.

La realidad es que deberías aprender un poco más del idioma antes de mudarte al extranjero y tu smartphone te ayudará, eso seguro. Gracias a Babbel, podrás refrescar lo que aprendiste en el colegio adaptando las lecciones al nivel que (crees que) tienes. Todo esto, por supuesto, para no quedarte… lost in translation. Es barato y cómodo y las lecciones son tan cortas que te permiten incluirlas en cualquier rato libre que tengas, como por ejemplo, mientras esperas para embarcar…

3. ¿Dónde están mis amigos?

Familiarizarse con el nuevo entorno es difícil, pero era mucho más difícil hace 10 años (cada vez sueno más a mi abuela). Cuando me mudé a París en 2006 los smartphones no existían y no tenía ni mi propio ordenador portátil. Mi vida estaba completamente offline, excepto por los e-mails que solía enviarles a mis padres desde el ordenador de la universidad (y no sucedía muy a menudo, ya que siempre había cola). Tenía un teléfono móvil, pero las llamadas internacionales eran muy caras y recuerdo cuando tenía que llamar a mi casa desde las cabinas de teléfono públicas usando una tarjeta recargable. Y sí, los dinosaurios seguían por ahí.

Como estaba completamente sola en la ciudad, mi vida social dependía única y exclusivamente de mis habilidades personales. Después de clase, tenía que dirigirme a mis compañeros y preguntarles si querían tomar algo. Lo sé, es casi increíble.

Seguramente sea totalmente increíble para ti, si estás leyendo este artículo.

Hoy en día, comunidades online como InterNations ayudan a ahorrar mucho tiempo, permiten a las personas tímidas a conocer gente, y además aportan herramientas útiles para sentirse en casa, cuando estamos lejos de ella. Podrás ir a una fiesta de temática renacentista en París, apuntarte a un club de lectura en Berlín o unirte a un equipo de fútbol en Copacabana. ¡Cualquier cosa vale! Es fácil y lo puedes hacer donde y cuando quieras, en cualquiera de las 390 ciudades en las que InterNations está presente.

4. Encuentra tus favoritos

¿El mejor bar de tu barrio? ¿Un restaurante con opciones veganas? ¿Un hostal moderno y barato con buenas reseñas? Nada es más fácil que eso: hay millones de apps para ayudarte a resolver todas esas dudas. Puedes, por ejemplo, evitar hostales que tengan cucarachas en las habitaciones (¡lo sé! ¡ojalá lo hubiera sabido!) y decidir evitar el bar chic donde la cerveza cuesta 15 euros. Puedes elegir entre un rango de restaurantes que ofrezcan comida vegana sin tener que entrar en cada uno de ellos y preguntarle a los camareros. Si te gustan los libros y quieres ir a los sitios donde tu escritor o escritora favoritos solían escribir, no tienes más que buscar una de esas listas con “mejores sitios” de la ciudad a donde te acabas de mudar.

BONUS: Si quieres practicar tu inglés, escucha este episodio de nuestro podcast y cuéntanos tu experiencia como expatriada o tu historia con los idiomas.

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